Los colombianos no deberíamos seguir permitiendo que los errores y negligencias en atención en salud.
Para una persona, la sola noticia de que padece la terrible enfermedad de cáncer es devastadora, más en Colombia, donde se enfrenta ante las entidades de salud.
Por eso, por simple humanidad, debe el Estado buscar agilizar la atención, hacerla más digna y esperanzadora, porque como dice su editorial, unos pocos días pueden significar la vida. Estas son las cosas que califican a un país, a sus gobiernos, a sus profesionales. Pero, desgraciadamente la corrupción no tiene sentimientos. Son la justicia y los profesionales de la medicina con ética, que los hay muchos, los que penden salvarnos. Por favor, pónganse cada uno la bata, hagan más llevadero y más esperanzador el drama a los enfermos. Su conciencia tranquila y la gratitud serán el mejor pago.
Lucila González de M.
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Señor Director:
No hay derecho que mientras en el mundo en las investigaciones y tratamientos contra el cáncer se obtienen esperanzadores resultados y se aplican sus tratamientos médicos a pacientes de todos los estratos, en Colomblia los enfermos de este mal deban someterse a autorizaciones especiales e inhumanas consideraciones, análisis y estudio de solicitudes tramitadas por la vía de tutelas para que sean atendidas por las entidades de salud. Así como debería existir un organismo gubernamental central en el cual se puedan radicar las desatenciones de las entidades prestadoras de salud, este organismos debería solicitar en coordinación con la Fiscalía General de la Nación la revisión de denuncias de casos clínicos que por desatención médica comprobada conlleven a la muerte de un paciente.
Los colombianos no deberíamos seguir permitiendo que los errores y negligencias en atención en salud de los médicos, de las EPS y de corruptos funcionarios, la tierra los cubra.
Rafael Antonio Córdoba Ardila
Bogotá